Vidente y Tarotista Daniel Verdín:
Hola, soy Daniel y ante todo debo decirte que soy un Canario muy cabezota o por lo menos lo fui hasta mis 24 años, edad en la cual no me quedó de otra que aceptar lo que me ocurría y lo que era capaz de hacer.
Desde muy chico, tenia una especie de sensibilidad, pensamientos y emociones muy definidas y concretas en relación a un mundo paralelo el cual para mi era muy evidente y hasta lógico.
Mi madre me decía que cuando era muy pequeño solía ver cosas que nadie más veía y como es lógico los mayores pensaban que era cosas de crio, no le daban importancia alguna, sin embargo ella mientras me hacía mayor se daba cuenta que cada vez que salía un tema de cosas espirituales, o extrasensoriales por llamarlas de alguna manera, yo enseguida me hacía partícipe en una conversación donde nadie me había dado vela en ese entierro y como un adulto comenzaba con un monólogo explicativo del tema en cuestión y con una coherencia por lo menos llamativa para mi corta edad y para un niño que jamás creció ni vivió con nadie que se dedicara a las ciencias ocultas, mediunidad, videncia, tarot o similares. Pasaron los años y comenzaron mis videncias, cada vez más activas y excesivamente reveladoras, fue entonces donde yo me empecé a sentir mal ya que no dejaba de ser un niño cada día más consciente de que lo que yo pensaba, sentía y sabía no era lo normal ni a ningún niño que yo conocía le pasaba lo mismo.
Ya para ese entonces, mi madre había hecho cualquier cosa que ella creía para quitarme esas cosas de la cabeza, porque lo que al principio pensaba que eran cosas de niño, cada día le preocupaba más en ver que lo que le decía ocurría, no solo en el entorno familiar, si no sucesos con personas que no conocía ni podía llegar a saber, por eso me hizo rezos, pidió a todos los ángeles y santos e hizo todo lo que ella podía y todo aquello en lo que ella creía. Poco a poco sin darme cuenta, cada día rechazaba más lo que me ocurría, pero parece que mientras yo más lo negaba, mis videncias e intuiciones estaban ahí más presentes y más claras, una videncia muy precisa, una videncia con altos aciertos en lo que pasaría, es más una videncia con aciertos exactos de acontecimientos.
Los años siguieron pasando y recuerdo que tuve altos y bajos, momentos donde estaba decidido a investigar como yo podía saber ciertas cosas y momentos donde quería huir del mundo, esconderme donde nadie me encontrara, el problema es que tendría que huir de mi mismo y eso es imposible.
Tenía 24 años cuando recuerdo fue entonces que dije hasta aquí, hasta aquí dejo de aparentar lo que no soy, hasta aquí continuo callando y evitando mi realidad y fue entonces cuando decidí buscar ayuda de personas que ya habían pasado por un proceso similar al mío y podían tal vez ayudarme a mí. Poco a poco, mientras más buscaba, mejor me sentía y veía como todo a mi alrededor fluía maravillosamente bien, personas que yo pensaba que no podía hablarles de ciertos temas me aceptaban y escuchaban activamente lo que tenía que decirles, comenzaron a llegar a mí, personas de muchas partes, unas conocidas, otros amigos de conocidos, otros referidos de personas que yo había ayudado y yo logré especializarme en algunas herramientas como el tarot que me ofrecía visiones claras y concisas, mi mediunidad se fortaleció hasta tal punto que en mi vida atraje todo lo que deseaba en un momento preciso gracias a la guía de mis maestros. Hoy puedo decirte que cuando miro hacia atrás comprendo que todo lo que pasé era necesario porque era parte de mi crecimiento como vidente y tarotista, como ser de luz que mantiene su mediunidad al servicio del amor universal y con el cual ayudo a tantas personas, el desconocimiento trae desasosiego, ansiedad, frustración e incertidumbre y una vida llena de miedos, por eso utilizo herramientas en mis consultas diarias que me permiten ver aquello que necesita saber el consultante y poder aliviar esa inquietud y ayudarlo en su verdad.
